Salta la Linda
Después de más de dos meses dando vueltas por la Patagonia, decido moverme hacia el norte. Desde Bariloche me desplacé a Salta en avión (esta vez con LAN) con cambio en el Aeroparque de Buenos Aires.
Llegué ya de noche a Salta, llamada con razón Salta la Linda, me instalé en una entrañable pensión con derecho a cocina y con una habitación con techos muy altos. Paseé un rato por la ciudad.
Después de la estancia en Bariloche, que es un sitio cuyo interés radica en la naturaleza que rodea la ciudad, en sus pistas de esquí, en sus montañas y lagos, y cuya actividad está orientada a prestar servicio a manadas de turistas, Salta me produjo una agradable impresión.
Está llena de comercios orientados a la gente de la ciudad, la gente paseaba por la calle, había bastante bullicio local supongo que debido a que el día siguiente era feriado ("la Inmaculada").
Se ven turistas, pero no tiene nada que ver con Bariloche. Los precios aquí no son "patagónicos".
El primer día lo empleé en pasear y ver el museo de Arqueología de la Alta Montaña, uno de los museos más interesantes que he visitado (si vas a Salta no dejes de visitarlo).
Se pueden contemplar momias de niños incas que tuvieron el "honor" de ser sacrificados y murieron en algunas de las altas cumbres de la zona (en la época en la que el avance de los españoles en Perú, presionó a los incas hacia el sur). Las momias han sido rescatadas muy recientemente y todo el asunto es muy interesante y está expuesto y explicado con detalle y respeto y huyendo de sensacionalismos.
También subí en telecabina a un monte desde el que se puede observar la ciudad.
En la Patagonia no existen símbolos religiosos que llamen la atención al viajero y tengo la impresión que sus habitantes no son demasiado practicantes.
Sin embargo, en esta zona, de arquitectura colonial, el trabajo evangelizador de los conquistadores españoles y la espiritualidad innata de los indígenas han dado lugar a un montón de manifestaciones religiosas públicas (iglesias, cruces, vírgenes, monasterios, placas) que contrastan con la experiencia previa del viajero en su periplo por la Patagonia.
Añado algunas fotitos.
Vista desde el cerro que domina Salta:
Vista desde el cerro que domina Salta:
Desde el cerro, dominando la ciudad:
Por las calles de Salta:
Un simpático ciudadano (no es salteño, pero vive cerca):
Por las calles de Salta (en la tienda se pueden comprar huevos, hoja de coca y otras cosas):
Por las calles de Salta:
Por las calles de Salta:
La iglesia de San Francisco:
Cartel que aparece en la puerta de una iglesia y muestra el interés del clero por los asuntos ginecológicos:
En esta clínica ofrecen hacer la primera foto de la criaturita que viene de camino:
A la puerta de la catedral
Encima de la pileta del agua bendita de la catedral nos explican lo que no debemos hacer con ese agua
Parada para almorzar durante la procesión de la Virgen del Valle el día de la Inmaculada:
Convento de las Carmelitas Descalzas (convento de San Bernardo):
No perdamos la memoria:
Otro recuerdo:
Exposicion del pintor Julio Lavallén en el museo de Arte Contemporáneo de Salta:
Exposición fotográfica de Juan Travnik (excelentes retratos): rostros actuales de personas que fueron soldados y que, en su día y de forma obligatoria, tuvieron que tomar parte en la guerra de las Malvinas:
El cabrito es una de las especialidas gastronómicas salteñas:
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