Blog fotográfico: Viaje a la Patagonia argentina: De nuevo en El Chaltén

El Chalten y sus montañas

Me he vuelto a quedar solo y continuaré mi viaje en solitario.
Después de pasar dos días en El Calafate sin hacer nada más que pasear, llevar la ropa a una lavandería y reservar un vuelo con LADE hasta Puerto Deseado me trasladé otra vez a El Chaltén.

Esta vez me alojé en una habitación individual con baño compartido en el hostel Albergue Patagonia. Fue un verdader acierto elegir este sitio. En él trabaja un equipo excepcional. Orientan con detalle a los viajeros en todo lo relacionado con los recorridos que se pueden hacer y derrochan simpatía y dedicación y el sitio está impecable.
El hostel dispone de una cocina en la que se puede guardar la comida, cocinar y esto es una maravilla cuando uno lleva más de un mes comiendo en cafeterias y restaurantes.

El primer día hizo buen tiempo, pero lo dediqué a relajarme y a ordenar fotos en el netbook que me compré en Ushuaia. Fue un error. Aquí no se debe desaprovechar un día con buen tiempo. Es de tontos.
El segundo día hizo muy mal tiempo, frio, viento y nevó levemente. Por hacer algo me apunté a una excursión al lago del Desierto, lugar desde el que subí a un colladito y a una laguna (una horita de paseo suave).
El tercer día también hizo un tiempo pésimo, ventoso, frio y con nieve suave a ratos. Decidí subir a la laguna de los Tres que era uno de mis objetivos. Desde esa laguna se ve, cuando no hay nubes ni niebla, el mítico Fitz Roy. Después de unas cuatro horas y después de subir el último collado, llegué a la laguna y no vi ninguna de las grandes montañas. Hacía viento fuerte, frio y neviscaba.
Por la tarde en El Chaltén hacía mucho viento, pero al anochecer se tranquilizó la cosa, presagiando que el día siguiente haría buen tiempo.
Pues no; a la mañana siguiente el pueblo amaneció cubierto por una nevada, nevaba no copiosamente, pero sí de forma continua. Las montañas estaban blancas. La disyuntiva entre pasar el día en el albergue o hacer algún recorrido me impulsó a calzarme las botas, meter algo de fruta en el macuto dedicado al equipo fotográfico y tomar el camino hacia el Pliegue Tumbado, lugar que ofrece una vista excepcional (cuando está despejado, claro). Ascendí por un bello bosque blanco durante tres horas mientras nevaba. Sólo me encontré a dos personas. Hice fotos y como vi que la nevada no amainaba, decidí darme la vuelta. Fue un recorrido muy agradable y de una enorme belleza.
Por fin, el último día que iba a permanecer en El Chaltén amaneció un día despejado y decidí emprender el camino de la laguna de los Tres y tomar el desvío hasta el nevero de Piedras Blancas que es impresionante por su tamaño y por la forma en la que desciende sobre el vacío. El caso es que me pasé el desvío y, ya metido en la subida a la laguna de los Tres, decidí continuar y repetir el recorrido de unos días antes, pero esta vez con un tiempo muy bueno.

Ahí van algunas fotos:

Un zorrito buscando comida en las proximidades del lago del desierto. El destacamento de gendarmes iba a proceder al realizar el relevo por ser el último día de mes y lo suelen celebrar con un buen asadito. Quizás el zorro conocía la costumbre.